Julieta Tejeda
Los problemas
socioeconómicos que atacaron y atacan a nuestra tierra, desde la colonización
europea hasta el capitalismo cruel que vivimos hoy en día, embeben al arte en
su totalidad.
La música en
Latinoamérica ha resurgido de una manera particular en el siglo XX. Se ha
replanteado con la necesidad de ser oída, y ser analizada tanto por sus
hermanos de tierra como el resto del mundo, y la necesidad de ser
comprendida desde lo más profundo del
ser.
La unión entre los
pueblos, que se ha fortalecido a lo largo de los años, en busca de una
identidad cultural, enriquece la “cultura latinoamericana”. Como consecuencia
se ha producido la hibridación cultural, caracterizada por la fusión de lo
tradicional con lo moderno, y el desvanecimiento de las barreras jerárquicas
entre lo culto y lo popular.
Cada tema musical
presenta una problemática, un acto de rebeldía contra algún gobierno, una forma
de hacerse escuchar y juntar apoyo a una postura determinada. Es lograr llegar
a las masas populares. Es incorporar lo perdido y lo absorbido a lo largo de la
historia de las diversas culturas que viven en éste extenso territorio.
Un tema, una región,
millones de personas integradas al mismo. Una banda de músicos deseosos de golpear
a unos, de abrir los ojos a muchos otros y de acompañar a tantas almas que
levitan intentando encontrar el camino y la manera de aportar su granito de
arena para no dejar ganar a los pocos que viven felices alimentándose de las desdichas
ajenas.
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